sábado, 25 de abril de 2009

U de ZULIA - VENEZUELA

Leonel y sus amigos de la U de Zulia en Venezuela. Abrazo grande, Leo

1 comentario:

  1. ENFERMEDADES DEL CORAZÓN
    - (Por Santiago Maximiliano Orosco)
    Puede curarte la propia enfermedad... O puede matarte la misma cura.




    Eran las 07:00 am de un día nublado. Como todo los días (a veces ya sin aliento) iba camino a la guardia de emergencia. Una hora antes había recibido el llamado de un colega, informándome que debía llegar de prisa... alguien esperaba por mi.
    Entre saltos y a paso acelerado llegué a la guardia. Como todos las mañanas, saludé a quienes me acompañan casi 10 horas al día y me puse mi delantal blanco, el mismo que siempre soñé estrenar algún día lejano cuando entre apuntes y horarios universitarios... me tomaba cinco minutos para soñar.
    Caminando por el pasillo central, alguien exclamó: Doctor, doctor!!! Por aquí, es en esta sala. Retrocedí unos tres pasos y vi a una mujer acostada en una camilla y con una palidez que me motivó por unos instantes.
    ¿Que es lo que había sucedido? Me preguntaba... La paciente no tenía heridas ni presentaba signos de gravedad, pero me llamaba mucho la atención su boca color mora y su piel tan blanca como mi delantal. En eso, el enfermero de guardia, me contaba que la paciente había entrado al hospital sin decir ni una palabra. Con ojos tristes divisó la sala de emergencias y entró en esta habitación dejando recaer su cuerpo en la camilla... Media hora después de un silencio terrorífico, pedía a gritos la presencia de un doctor.
    En eso, hice algunos gestos al enfermero para que me deje solo, con aquella mujer. Y comencé mi conversación con ella...

    -Buenos Días, Soy el Doctor de turno y estoy aquí para ayudarte....

    -Buenos días, antes que nada, no necesito más que sus palabras... necesito contención. Doctor... no estoy pasando por un buen momento. Si bien no sufro de salud, estoy aquí porque necesito conversar con alguien cuanto antes, es urgente para mi.
    Necesito una respuesta... solo una respuesta que logre calmar mis noches de insomnio.

    -Bueno... adelante, voy a hacer todo lo posible para ayudarte... Solo te pido que seas sincera conmigo y con vos misma, te escucho.

    -Siento que me estoy muriendo con el tiempo, es una sensación que me acompaña desde la mañana a hasta la noche. Hay algo en mi mente que lo recuerda a cada instante. Hay algo dentro de mí que no me deja respirar, no puedo controlar mi reacción y se está debilitando mi corazón. Doctor... me duele mucho mi corazón.

    -No hables más... conozco esa enfermedad, pero tengo que decirte que a pesar de los importantes avances en la medicina hasta estos años, no se ha descubierto cura alguna para tu dolor, para ese dolor.

    Ahí pude ver sus ojos... y más que con sus palabras, fue con sus ojos con los que estaba conversando.
    Me sentía vacío, al haber dado esa respuesta tan negativa, pero es que no podía mentirle, en tantos años de estudio, nunca pude llegar a descubrir la cura para ese dolor... Cuando el corazón de una persona, se quiebra en mil pedazos, por amor.
    Examinaba la situación una y otra vez, pero era inútil derivarla a cualquier otro profesional de la salud. Su grave enfermedad, no era compatible con la medicina.
    La tomé entre mis brazos, la abracé tan fuerte como me hubiese gustado que me abracen a mí hace un tiempo atrás y le hablé desde mi experiencia... Le dije: Tu dolor, no es compartido, solo el que sufre puede sentir su espíritu desaparecer, y tal vez el que no sufre no aprende. A veces los castillos construidos con tanta esperanza se destruyen, sin previo aviso, sorprendiéndonos y quitándonos todas las alegrías que compartíamos, con el alma, las dos almas.

    Aún no existe cura alguna, que pueda hacer desaparecer el dolor que llevas hoy en tu corazón. Algunos quisieran estar antes enterrados que vivir caminando con esta pena. Pero debes elegir una vez más que camino seguir.
    Me han dicho por ahí que el amor es una utopía. Y las utopías son supuestas fantasías... inalcanzables... caminamos tres pasos y la utopía da cuatro. Entonces, ¿para que sirve la utopía, para que sirve el amor? Para seguir caminando...
    Así como el amor es algo natural, un sentimiento inexplicable, un huésped que por tiempo indeterminado habita en nuestro corazón. Así también es su duración, su tiempo... porque la única cura que al menos yo pude experimentar... es el TIEMPO.

    Una mujer... un dolor... un problema... la propia desilusión... pero un corazón que a pesar de todo... NO DEJA DE LATIR.

    El maxi.

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